Experiencia de verano en Guatemala Julio 2011



TIEMPO, no hay tiempo. Cada vez más ocupados de lo nuestro y más despreocupados de lo que nos rodea, vivimos casi sin tiempo para disfrutar, para soñar, para descubrir, y, en defi nitiva, para compartir. Por eso queremos compartir con ustedes, amigos de Amsala, el que fue nuestro tiempo de oro en Guatemala.

La historia que les contamos comenzó después de 7 horas de autobús entre Logroño y Madrid, -el tráfi co es así de caprichoso- y más de 8 horas de avión entre Madrid y Ciudad de Guatemala, donde nos esperaba Rodolfo, que nos guió hasta San Sebastián, en pleno altiplano guatemalteco, para vivir nuestro primer encuentro con la misión salvatoriana.

Durante los primeros días, mientras nos aclimatábamos, proyectos que Amsala ha ejecutado con ayuda del Gobierno de La Rioja y del Ayuntamiento de Logroño (drenaje, empedrado de caminos…) y que han servido para mejorar considerablemente las condiciones de vida de la población. Los días siguientes trabajamos en la elaboración de encuestas para el “Proyecto Casas” que se ejecuta en la zona y que tiene como fi nalidad que familias que viven en una situación más precaria, dentro de la necesidad, accedan a una vivienda. Encuesta en mano, recorrimos las aldeas y convivimos con sus gentes, compartiendo techo y mesa, fue así como comprobamos que algunos vivían con mucho menos de lo que nosotras habíamos llevado en las maletas y sin embargo nos ofrecían lo mejor que tenían: sus casas, sus comidas ricas, su sonrisa, sus paraguas cuando llovía. Fueron días intensos para descubrir la GENEROSIDAD.

Podéis leer el resto de este artículo en la Revista de Julio de 2012