Tifon en Filipinas–reflexiones

Escuchaba a un buen comentarista de la TV en Venezuela, que Dios perdona siempre, el hombre a veces, la naturaleza nunca. Gritos claros de la humanidad, que sufren los acontecimientos de la naturaleza, siempre los empobrecidos, nos guste o no, las casas bien construidas y en barrios con buenas infraestructuras, se pueden inundar como ocurre también en países desarrollados, y hay grandes catástrofes naturales que no se pueden evitar, pero la mayoría de los damnificados, de los evacuados, de los sin techo, de los que quedan a la interperie de la vida, son los pobres. Es un grito permanente a ir construyendo un mundo más humano, habitable, justo y equitativo para todos. Es un grito a la solidaridad permanente, hacia los empobrecidos, es un grito a una sociedad que si dedicara los recursos de armamentos, por poner un ejemplo en construir un mundo más justo, fraterno y con posibilidades mas humanas.. estos desastres traería » números de victimas más reducidos» no por ello también graves.
Donde está Dios? Sufriendo con ellos, y llamándonos a construir un Mundo como el quiere.
Un abrazo Chema sds.

Madrid, 11 de noviembre de 0213 (IVICON).- El paso del tifón Haiyan por Filipinas ha movilizado a las distintas congregaciones religiosas con presencia en aquel país para acompañar y ayudar en estos primeros momentos tras la catástrofe.

El Superior General de los Claretianos, el P. Josep Mª Abella, ha enviado una carta a todos los Misioneros Claretianos en la que informa sobre la situación de la congregación en el país: “la parte más afectada por dicho tifón ha sido Tacloban, una ciudad donde residen las familias de algunos claretianos y de donde está cerca el noviciado de la Provincia de Filipinas. Me he comunicado con el P. Leo Dalmao, Superior Provincial de Filipinas, y con alguno de los claretianos cuya familia se ha visto directamente afectada. Las noticias son todavía algo confusas porque es difícil la comunicación, pero sabemos, por ejemplo, que el noviciado ha sufrido daños importantes y también el centro de formación de evangelizadores que allí tenemos.”

Además, ha hecho un llamamiento a toda la Congregación “para expresar nuestra solidaridad con la Provincia de Filipinas y con las muchísimas personas que necesitan ayuda en este momento. Invito, pues, a todos -comunidades, parroquias, colegios, Provincias y Delegaciones, etc.- a algún gesto de solidaridad con nuestros hermanos de Filipinas y con las personas que están sufriendo a causa del tifón. Sé que habrá una respuesta generosa. Las aportaciones las podéis enviar a los gobiernos de vuestras Provincias o Delegaciones quienes, a su vez, las harán llegar al FUNDUS para ser ingresados a la cuenta de la Provincia de Filipinas. Ésta nos informará, en su momento, del uso de estos fondos y de los proyectos que se están llevando a cabo o que sean necesarios.”

La Orden de los Agustinos Recoletos han informado también que en la zona más azotada viven los familiares de varios agustinos recoletos y tienen un colegio las Augustinian Recollects Sisters. Las comunicaciones son imposibles.

La Orden ha enviado una nota interna solicitando oraciones y ayuda económica a través de una cuenta solidaria. Limítrofe con la capital de la provincia de Leyte, Tacloban -en dirección sudoeste- se encuentra Alangalang, pueblo de 50.000 habitantes. Su Colegio de la Santísima Trinidad es el único ministerio que la familia agustino-recoleta tiene en la isla de Leyte. Lo dirigen las Augustinian Recollect Sisters, congregación filipina nacida a comienzos del siglo XVIII en torno al santuario de la Virgen del Carmen o San Sebastián, de Manila. En total, son 250 hermanas distribuidas en 36 comunidades de Filipinas y otras cuatro en el extranjero.

Desde las Obras Misionales Pontificias ha hecho pública también una nota en la que informa sobre la situación de los misioneros en la zona: “Los misioneros españoles presentes en Filipinas, unos 123, expresan su dolor por la grave situación creada por el tifón. Los misioneros permanecen junto al pueblo, como lo hacen siempre ante las catástrofes, consolándolos, pero sobre todo, viviendo lo mismo que vive la gente en cada momento. El 15 de octubre fue el terremoto de magnitud 7,2 que afectó a Filipinas y, ahora, es el tifón.

La misionera Ana Mª Perea, hermana de Nuestra Señora de la Consolación, se encuentra en la zona centro de Filipinas, en la región de Cebú. Aunque han estado sin luz, no han sufrido esta vez las consecuencias más graves de Haiyán, pero asegura que quienes las han vivido “no despotrican contra Dios”, sino que en estos momentos “creen con más fuerza”.

Otra misionera que se encuentra en Manila, Lucía Retuerto, hermana de la Caridad de Santa Ana, manifiesta que las ayudas ya han comenzado a llegar y garantiza que las hechas a través de las Congregaciones religiosas llegan con seguridad a sus destinatarios.

Por su parte, Radio Vaticana se ha puesto en contacto telefónico con el padre Sebastiano D’Ambra, misionero del PIME en Zamboanga: “La situación es muy grave. Se dice que millones de personas, de alguna manera, quedarán afectadas por este evento: miles y miles de personas buscan refugio. Hay muchos muertos y desaparecidos y se espera que sean muchos, muchos más, a medida que se conozcan los hechos. Existe un plan de emergencia puesto en marcha por el gobierno y se está coordinando la situación, pero a algunas zonas no se puede ir. ¡Todo ha sido destruido! Es realmente una situación muy alarmante. ¡Realmente esperamos que las organizaciones internacionales y locales sean capaces de hacer todo lo posible, porque hay necesidad de todo! Las Filipinas están pasando por un período de gran dolor”.

Y Cáritas Filipinas ha informado que la poderosa tormenta “Haiyan” que azotó a Filipinas el pasado viernes ha dejado tras de sí un rastro de destrucción masiva.

El padre Edwin Gariguez, secretario ejecutivo de Cáritas Filipinas-NASSA, ha asegurado que «es una gran catástrofe, pero nuestra planificación de emergencia ya está en marcha».

Plan urgente de respuesta de Cáritas Filipinas

Cáritas Filipinas ha activado un plan urgente de respuesta a la emergencia, para lo cual ha puesto en alerta a las 96 diócesis de todo el país. A pesar de la amplitud del impacto, los equipos de Cáritas Filipinas, junto con miembros de la red internacional de Cáritas presentes en el archipiélago, están desplegando personal de emergencia en algunas de las zonas más afectadas con objeto de hacer una evaluación inicial de daños e identificar los sectores de población que necesitan asistencia más urgente.

Greg Auberry, director regional de la Cáritas Estadounidense, presente en el país en el momento de la tormenta, ha informado desde el terreno que «el dolor causado por este nuevo desastre es devastador. Ahora mismo estamos enviando lonas a la ciudad de Cebú para poder proveer refugio temporal urgente a unas 8.000 familias».

4 millones y medio de desplazados

El supertifón “Haiyan” –conocido localmente como “Yolanda”– sacudió el centro de Filipinas el viernes 8 de noviembre con vientos de hasta 235 km/h, obligando al menos a 4 millones y medio de personas a buscar refugio en albergues de emergencia. Ha sido una de las más fuertes tormentas que ha azotado el archipiélago en las últimas décadas, dejando tras de sí un camino de destrucción en varias de las islas centrales.

Según los primeros cálculos, aún no confirmados, podría hablarse de hasta 10.000 muertos en una sola provincia. El tifón ha golpeado algunas de las mismas zonas que ya fueron devastadas por el terremoto de 7,3 grados de magnitud registrado el mes pasado en Filipinas.

“Situación de máxima necesidad”

«Es la tormenta más fuerte y más grande que ha golpeado nunca el país. Ha afectado a una zona ya devastada por un terremoto. Estamos en una situación de máxima necesidad. Es una gran calamidad», ha señalado Edwin Gariguez.

Asimismo, ha informado que los tendidos eléctricos, las líneas telefónicas y las antenas de telefonía móvil han quedado destruidos, lo que dificulta seriamente la comunicación con las áreas más golpeadas.

Esta tarde va a celebrarse una teleconferencia convocada desde Roma por le Secretariado de Cáritas Internationalis con objeto de poner en común, con los responsables de Cáritas Filipinas, los datos de esta nueva emergencia e identificar los sectores de actuación más urgente y las respuestas por parte de la red internacional de Cáritas.

En esa teleconferencia van a participar expertos de Cáritas Española. Cáritas Filipinas señala, además, que las comunidades parroquiales de las diócesis filipinas más golpeadas por “Haiyan” –Jaro, Borongan, San José de Antique, Palo y Calapan—han comenzado a coordinarse con las autoridades municipales locales para socorrer a los damnificados.

Muchas de las iglesias e instalaciones parroquiales que se mantienen en pie están siendo habilitadas como refugios temporales y como centros de acopio de ayuda de emergencia paran los damnificados. Desde la Archidiócesis de Jaro se señala que el 95 por ciento de las viviendas de los centros urbanos han quedado dañados por el tifón.

En San José de Antique se estima que al menos el 60 por ciento de las casas han sufrido daños de consideración. Los testigos afirman que jamás en su vida habían visto vientos con tanta fuerza. Una vez realizadas las primeras evaluaciones de esta grave catástrofe natural, Cáritas Filipinas pondrá a punto en las próximas semanas un plan global de respuesta a la emergencia y el correspondiente llamamiento de ayuda al conjunto de las Cáritas de todo el mundo.

Cáritas Española envía 200.000 euros

Cáritas Española, que mantiene desde hace décadas una estrecha relación de cooperación fraterna con ese país asiático, se ha puesto a disposición de Cáritas Filipinas para acompañar su respuesta a la emergencia en el marco de la red internacional.

En este sentido, ha aprobado ya el envío urgente de una partida inicial de 200.000 euros para apoyar las acciones de ayuda a las víctimas en esta primara fase de la emergencia. Asimismo, ha activado una campaña de solidaridad “Cáritas con Filipinas”, con objeto de canalizar el compromiso de los donantes españoles con los damnificados del tifón “Haiyan”.


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