DEFENDAMOS LA VIDA

Son muchos los movimientos y las inquietudes que están ayudando a tomar conciencia de la gravedad del asesinato en serie de los más inocentes. Europa se está haciendo más vieja. Está en crisis el relevo generacional. La discriminación y rechazo a la migración, causa de el expolio a los recursos de los paises de donde vienen, las guerras y venta de armas que se provocan desde el norte están generando uns huida masiva de los países en conflicto y se hace poco o nada en estos temas para » crear espacios en estos países» de más paz, justicia y dignidad. Todo va unido.
Defendamos una vida Digna.
Sirva este ejemplo parra que nos ayude a tomar conciencia de uno de los problemas más graves que afronta la sociedad de hoy.

Testimonio de Rachel y John Leary
Tomado y traducido de una serie de videos publicada por Rachel’s Vineyard (El Viñedo de Raquel), “Abortion Loss and Unresolved Grief. An Educational Series on the Pychological and Spiritual Impact of Abortion.(Pérdida por el aborto y duelo sin resolver. Una serie educativa sobre el impacto psicológico y espiritual del aborto) Presentan: Theresa Burke, Kevin Burke, P. Frank Pavone.

Rachel:
Yo estaba en mi tercer año de universidad cuando me enteré de que estaba embarazada y mi novio entonces me dijo que no veía como iba a mantener un niño. Tenía muchos sentimientos encontrados porque instintivamente sabía que llevaba dentro un niño, pero estaba dividida sabiendo que mi novio no quería el niño. Además, oía decir a diferentes personas que aún no era aún niño, que era unas cuantas células. También éramos los primeros que íbamos a la universidad y queríamos ese sueño americano porque éramos hispanos. Tenía miedo de ser parte de esa estadística de hispanos que dejan la universidad y que mis padres se llevaran una desilusión.
Entonces, después de mucho esperar, decidimos ir los dos juntos a tener un aborto. Poco después no era la misma. Había oído decir que era un procedimiento muy simple que haría que mi vida volviera a ser normal como era, pero me volvió la vida del revés y reaccioné a ese dolor bebiendo, fumando marihuana y volviéndome promiscua. A los dos años de mi aborto, estaba embarazada otra vez. Esta vez no sabía quién era el padre y estaba desecha. Estaba avergonzada, con miedo, y pensé: “Tengo que hacer lo que ya sé, lo que ya he hecho”. Parece que no me ha “matado”, según pensaba yo, así que tengo que volver a esa opción y lo escondí en mi corazón y en mi memoria. Me dediqué a concentrarme en mi carrera, a ser maestra. Entonces, a los 28 años conocí a John y eso comenzó otro capítulo de mi vida.
¿Comparto cómo nos conocimos?

John:
Vale.

Rachel
Nos conocimos en la iglesia. Estaba de búsqueda. Después de la universidad, me metí un poco en la filosofía de la Nueva Era, y visitaba a cristianos renovados (evangélicos). Buscaba sanación desesperadamente. Pero no fue hasta que entré en cierta iglesia católica y sentí la presencia del Espíritu, cuando supe que por fin estaba de vuelta a casa. Poco después fui a un grupo de oración y allí conocí a John. Era un joven responsable de la parroquia y supe instantáneamente que yo estaba destinada a casarme con ese hombre. Un día estábamos en mi apartamento y sólo habíamos estado saliendo un par de semanas, pero sentí muy fuertemente que se lo tenía que decir, lo cual no era normal para mí porque había salido con otros hombres y no había compartido con ellos este secreto, pero John era muy pro- vida y yo era aún “pro choice”, pro elección, pero sentía que se lo tenía que decir. Mis sentimientos por él eran muy fuertes y el sentía lo mismo por mi y pensé: “Tiene que saber ahora que tengo esta historia”, porque yo sabía que él no era “post abortivo” que no tenía historia de aborto, al menos lo daba por sentado, y pensé: “Él tiene que saber ahora la verdad sobre mí o eso realmente podría deshacer el futuro de esta relación. Entonces le dije: “Tengo algo muy difícil que decirte y espero que no me juzgues, he tenido dos abortos y fue una decisión muy mala”. Lo dije sin rodeos y fuerte.

John:
“Si, ha dicho la verdad, Rachel lo dijo de forma directa y fuerte. Me pidió que me sentara, que tenía algo que decirme. Pueden imaginar lo que es para un hombre joven oír esto de la chica con la que te estás enamorando, y de hecho estaba enamorado. Mi primera reacción fue sentirme dolido, y dolido por ti, (se dirige a ella). No era por mí, veía claramente que esto era algo que le hacía daño y yo no podía ayudarla. Fue hace muchos años y entonces sentí dolor por ella, que hubiera tenido que pasar por esto sola y no había podía estar allí para ayudarla.

Rachel,

Salimos juntos y antes de los 5 meses John se me declaró y antes de acabar el año nos casamos. ¡No perdimos nada de tiempo! Y la verdad es que estaba tan metida en todo ese proceso del compromiso y casarme, que no pensé mucho en los abortos y el impacto que iban a tener en nuestra relación en el futuro. No fue hasta que decidimos que queríamos tener familia, que fue poco después de casarnos, cuando empecé a pensar: “Que ironía, ahora que quiero tener un hijo, ¿y si Dios no me deja tener uno? Tenía miedo de que iba a ser castigada a pesar de conocer el perdón de Dios y que me hubiera arrepentido del pecado del aborto, pero aún no podía imaginarme que Dios me abrazaba del todo, que me perdonaba del todo.

John:
Ella me estaba comunicando cosas con su forma de reaccionar a ciertas cosas o por tristeza o ira. No sabía qué pensar, ¿era por el embarazo? ¿Por algunas cosas que había en nuestro matrónimo? Así que al principio, no era consciente del porqué estaban pasando las cosas que pasaban. Y la verdad es que se podía decir que tú también lo pasabas mal e intentabas comprender lo que te pasaba. Así que, al menos a principio, esto es lo que estábamos pasando juntos.

Rachel,
No entendía porque tenía estos periodos de depresión, y mirando atrás ahora, veo que a menudo coincidían con el aniversario de los abortos que fueron los dos en meses muy próximos aunque con dos años entre medias, y fue durante las vacaciones. Eso hizo estragos en mis emociones. No fue hasta que quisimos tener una familia cuando, lo que yo ahora sé que es el dolor post aborto, empezó a salir a la superficie.

John
“Bueno, al principio en nosotros había mucha alegría. Pensándolo ahora, tenemos cuatro hijos, todos son distintos pero era todo nuevo e ilusionante para los dos, ¿verdad?, Pero no sabía algunas de las cosas que está compartiendo ahora. Verán, las sé ahora, pero entonces, no las sabía, y no sabía que estaba pasando por muchas de estas cosas. Entonces no comprendía por qué no era completa la alegría para ella. Tenía la sensación de que faltaba algo, pero sin que me dijera lo que pasaba, porque, ella tampoco lo sabía,

Rachel:
Era un sentimiento agridulce porque tenía gran deseo de tener un hijo pero no me estaba quedando embarazada enseguida. Entonces veía cada mes que no me quedaba embarazada como un castigo. Lo veía como la manera que Dios me decía: “No te voy a bendecir con un hijo”. Y cuando al final me quedé embarazada, el médico me dijo que tenía riesgo de abortar espontáneamente, que tenía un problema que es placenta previa. Entonces no lo sabía, pero he sabido después, que eso es frecuentemente una característica de mujeres que han tenido abortos antes. Sangré mucho durante 5 meses y me decían: “Puede pasar, Rachel, podrías abortar”. Y eso era un sentimiento horrible. Siempre pensando que ibas a perder a tu bebé y siempre pensando que era por lo que tú habías hecho. También era el no saber cómo comunicar este dolor, ¡que se supone no debes tener! Así que era muy doloroso. Yo estaba a caballo entre la sobre protección e hiper vigilancia y el distanciamiento, y el no poder crear vínculos afectivos con mis hijos. Ya sé que eso puede ser común con una mamá que no ha abortado, pero para mí estaba todo aumentado por la culpa y vergüenza que llevaba. No fue hasta que tuvimos el secundo hijo al que se le descubrió después que estaba dentro del espectro del autismo, cuando surgió la verdadera culpabilidad y sufrí depresión post parto porque realmente pensé, “¡Ay!, esto es por lo que tú has hecho”. Fue un momento oscuro en nuestro matrimonio y nuestros amigos y familia lo sabían y no lo sabían, pero no lo entendían. Pensaban que era porque David tenía autismo, pero no entendían el dolor y culpabilidad que había debajo de eso, e incluso yo no podía comunicarlo con John del todo y cada vez que iba a hacerme una ecografía para ver el progreso del bebé y veía el desarrollo fetal, era un recordatorio de cuando había abortado a mis hijos anteriores y era más de lo que yo podía soportar. En el tercer embarazo de nuestro matrimonio pensé: “Tengo que hacer algo, no puedo soportarlo más”.

John,
Lo que pienso ahora, y Rachel lo ha mencionado, es que estaba poniendo paredes como barreras imaginarias entre nosotros y eso hacía daño a nuestra relación, la relación con nuestros hijos y todo. Eran paredes muy difíciles de derribar una vez alzadas. Ella estaba pasando por algunas cosas que a su vez, me hacía sentirme solo. Los abortos también produjeron unas cuestiones que había que tratar en cuanto a la confianza. En mi caso, yo intentaba ser comprensivo y empatizar contigo, pero sin comprender muy bien cómo podía había problemas de confianza entre un hombre y mujer, entre esposo y esposa. Pero según íbamos comunicando, veía claramente cómo te sentías de vulnerable por el pasado, pero que se actualizaba en el presente en este embarazo y en tener hijos. Estaba claro.

Rachel,
Creo que habíamos ido a varios eventos pro vida en nuestra diócesis, y la palabra aborto surgió, evidentemente, y empezó a recordarme más aún lo que había hecho. Recuerdo que vi un folleto para los retiros de la Viña de Raquel y pensé: “Dios claramente me está hablando”. “¡Mi nombre es Raquel, y he tenido abortos, y si esto no es una señal, ¿ no sé qué es?! Recuerdo compartiendo con John, que iba a mi sacerdote para confesar y compartía con él la ira que tenía y que no tenía paciencia alguna. Que me asustaba la ira que tenía. Me preguntó: “¿Qué es lo peor que has hecho? Y le dije: “Le tenido dos abortos”. Y me dijo: “De allí viene toda esa ira”. Yo le dije: “No, no, que va. Yo ya he sido sanada, perdonada. Dios me ha perdonado…” Yo tenía todo la retahíla espiritual para él, pero él dijo: No, tú no te has perdonado a ti misma”. Entonces eso coincidió con el encontrar el folleto y leerlo también en la revista parroquial. Lo compartí con John y él me animó a ir porque él veía que yo estaba luchando y sufriendo y ahora estábamos atando cabos. Llamé al número y la coordinadora del retiro fue muy cálida y acogedora. Yo estaba nerviosa porque estaba embarazada y pensaba que cómo me atrevía a ir a un retiro para temas post aborto estando embarazada. Ella me aseguró que no sería un problema. Hubiéramos ido como pareja, pero nuestros hijos eran muy pequeños y no teníamos a nadie que los cuidara todo el fin de semana, así que fui al retiro y fue una experiencia increíble para mí. Me permitió hacer duelo de forma segura y protegida con una comunidad de otras mujeres y hombres que estaban como yo. Este dolor, este dolor secreto, esta vergüenza, era como quitar el velo sobre esa vergüenza y secreto que yo llevaba a cuestas, en un entorno muy consolador, terapéutico y espiritual.

John.
Yo apoyaba a Rachel del todo sin duda. No se pensó, y sabíamos que era perfecto para ella. Fue un tiempo muy lioso previo al retiro para que ella pudiera asistir, pero una vez que ella estaba allí, incluso yo tenía paz sabiendo que era una buena oportunidad para ella para tener tiempo para pensar y orar y concentrarse en donde estaba y había estado y unirlo todo. Para mí fue una ayuda porque al final del fin de semana, era algo que podíamos compartir, es decir, porque su sanación era algo que nosotros, los dos, habíamos hecho. No sabía que esperar al ir.*(las parejas pueden ir al final) Era un lugar solemne, de paz. Era bueno para mi poder coger esa parte de Rachel para la que yo no había podía estar, y poder decir: “Bien, estoy aquí contigo, estoy aquí para apoyarte”.A mi me abrió los ojos también. A pesar de que lo habíamos hablado mucho antes, el hecho de estar allí para ella, verla antes del fin de semana y verla después del servicio conmemorativo… tenía casi una cara nueva. Eso me abrió los ojos desde el punto de vista personal y de pareja.

Rachel,
Recuerdo que cuando me vio me acarició la cara y me dijo: “Tienes paz, e irradias paz”. Y lloré, pero eran lágrimas de alegría y paz que no había podía experimentar en casi 15 años. Y fue muy consolador estar en el servicio en esa parte del retiro, y ver a mi marido allí conmigo, sabiendo que él estaba adoptando espiritualmente mis hijos, como nuestros hijos.

John
Antes de eso, para mí, eso era parte de la vida de Rachel, pero en ese fin de semana, para mí, pensé, un momento, eso que era, es parte de Rachel y es parte de nosotros.

Rachel,
El retiro me liberó, y en cierto sentido, liberó a mi marido para poder realmente acogernos el uno al otro y, como teníamos problemas con temas de confianza, podía por fin creer que no me iba a dejar, que no me iba a abandonar, que me iba apoyar y amara a pesar de… Esa libertad me permitió acoger a mis hijos de una forma nueva. Si realmente experimentas el retiro, te permite mirar los otros temas que hay en tu vida con los que te hayas podido encontrado que pueden ser la razón por la que decidiste tener un aborto para empezar. Así que para mí empezó todo un proceso de sanación de las heridas y trauma que experimenté de niña y de joven, y permitió que fuera mejor mujer, mejor esposa y mejor madre.

John,
Yo vi en Rachel una forma nueva de estar, de porte, otro espíritu. Siempre había tenido un espíritu maravilloso, pero eran las cosas más finas que miramos que nos afectaban a los dos. Era estupendo porque al final yo era libre para expresarle ciertas cosas. Siempre lo habíamos sentido pero ahora era un tiempo de renovación en el que podíamos sentirnos gozosos de estar donde estábamos como pareja y avanzando y, desde luego, nos unió más. Está también el poder ayudar a otras mujeres. Esa es su pasión ahora, así que eso es maravilloso de ver también.

Rachel.
Yo recuerdo que cuando hicimos el retiro pre matrimonial, escuchamos varias charlas de varios temas pero no se mencionó nada sobre tu vida sexual previa al compromiso y boda próxima. Entonces no sé si lo hubiera pensado porque estaba tan metida en el hecho de casarme y preparar la boda, pero sé ahora que si hubiera habido alguna charla, algún folleto o algo que explicara el impacto que un aborto puede tener en un matrimonio y el proceso de compromiso, hubiera activado eso que yo tenía pero estaba enterrado en mí y me hubiera ayudado mucho para entender porque tenía ese dolor,darle nombre, porque nadie te dice por qué te sientes así, Nadie te dice que en algún momento te podrías sentir así. Se supone que tienes que estar normal. A mí me hubiera ayudado mucho, y a John también, porque tú no tenías un aborto.

John
Muchas cosas por las que estabas pasando, yo no tenía ni idea porque lo pasaba. Definitivamente, si durante el proceso del compromiso hubiéramos podido discutir, o al menos hacer referencia a ello, nos hubiera dado alguna guía para avanzar. Para mí una cosa principal es que el casarme era renunciar a mí mismo, ¿verdad? Así que, para ser uno, teníamos que renunciar a un poco de nosotros para ser uno, tenemos que ser vulnerables el uno con el otro y creo que eso lo hicimos bastante bien en el proceso de compromiso, y sobre todo en el retiro pre matrimonial, pero esa pieza final hubiera ayudado muchísimo, al menos para llegar a la meta un poca más rápido. Yo diría: «Déjate ser vulnerable con tu pareja». Eso es lo que tengo en mi corazón para decir. Es duro, pero el resultado final es que Rachel está allí para mí. Eso lo sé. Yo debería poder compartir cualquier cosa con ella, y si tienes eso en tu matrimonio, entonces podrás hacer lo que sea. Así que yo sé lo duro que fue para Rachel compartir su historia conmigo y fue duro para mi escucharlo, pero pienso que eso nos hace más fuertes. Eso era lo que éramos, lo que somos. ¿Cómo nos vamos a poder ayudar si no se sabe exactamente lo que llevas al matrimonio cuando te casas? Y si te cuesta ser sincero, si te cuesta ser abierto con esa persona, entonces quizás casarte con esa personas no es lo adecuado.

Rachel,
Yo haría eco de eso y animaría a cualquier mujer que es “post abortiva” con su prometido o no con su prometido, ser transparente para que puede empezar a ser sanada y ver lo que puede ser su matrimonio si le abre su cortezón. Mi marido estaba allí para mí y eso bendijo enormemente nuestra relación y nuestro matrimonio, sobre todo según íbamos creciendo, cuanto más en una pareja donde el aborto ocurrió justo antes de casarse, eso definitivamente tiene que hablarse. Es necesaria la sanación y necesitan confiar el uno en el otro, como dice en Jeremías 31, 15-17: “Hay esperanza para tu futuro”, Y si esta es la persona con la que quieres pasar el resto de tu vida, tu compañera, entonces Dios desea que eso dé fruto en todos los sentidos y quiere dar esperanza y paz. Y quiere dar libertad.


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