JUEVES SANTO. PQ. Divino Salvador de Monte carmelo Madrid.

JUEVES SANTO DEL 2014-04-17
Queridos hermanos:
Celebramos hoy tres misterios del Amor de Dios en nuestras vidas, en la vida eclesial, en el mundo en que vivimos: La institución de la Eucaristía, ( Acción de Gracias a Dios por su gran amor en Jesucristo) El sacerdocio ministerial al servicio del Reino en comunidad fraterna, donde se debe dar el “ amor fraterno” como Jesucristo nos amó : Dando la vida, para que tengamos vida y vida abundante en el amor que perdona, asume el sufrimiento, de cada uno, y nos propone una vida más feliz, más humana, más justa y solidaria “ Ámense unos a otros como yo les he amado” dando su vida, hasta el extremo, lavando los pies de sus discípulos.
“Si yo, siendo el maestro, el Señor, os he lavado los pies, también vosotros debéis lavaros los pies unos a otros” Jn 13,1-15.-
¿Qué puede significar, lavarse los pies unos a otros?
Descubrir, experimentar en nuestra vida las palabras de Jesús, hacer sus gestos, vivir su evangelio: sabiendo que el que quiera ser el primero entre vosotros, sea el servidor de todos. Así iremos viendo que todos hemos recibido dones de Dios en Jesús, para servicio a nuestros hermanos en los diferentes ministerios, que desde el bautismo hemos sido elegidos para ser sacerdotes, profetas y reyes, que ningún ministerio o servicio es superior a los demás, sino que serán importantes en el amor, en el que más está dispuesto a dar la vida por los hermanos, al estilo de Jesús.
Experimentar en nuestras vidas, que Jesús nos quiere libres de esclavitudes, salir, vivir el éxodo de una manera permanente, hacer camino de conversión de mente y de corazón al Señor.
Vivir y hacer vida la Eucaristía: Acción de gracias por la vida, el amor, la entrega, el pan partido y compartido del Señor para toda la humanidad, para que todos puedan vivir dignamente, estando al lado de los últimos, de los que no cuentan, de los que la sociedad egoísta margina y excluye.
Es hacer posible con nuestras vidas la solidaridad con los empobrecidos, con los hambrientos, con los niños esclavizados, con los parados, con los migrantes, con los que son desechados por nuestro egoísmo, codicia, ansias de poder y de tener, infidelidades y corrupciones.
El papa Francisco nos va mostrando con el ejemplo, a quienes hay que lavar los pies. El año pasado con presos, este año con discapacitados…..jóvenes, ancianos, extranjeros….
Doce pacientes con discapacidad, algunos temporales otros crónicos, de entre 16 a 86 años; italianos y tres extranjeros, uno de ellos musulmán. Son las personas a las que Francisco lavará los pies este jueves en el Centro S. María de la Providencia de la Fundación Don Gnocchi. Los doce, dice el comunicado de prensa de la Fundación, «son el símbolo -cada uno en el propio calvario de lágrimas y dolor y en la propia necesidad de proximidad y esperanza- de las viejas y nuevas formas de fragilidad en las cuales la comunidad cristiana está llamada a reconocer a Cristo que sufre y a dedicar atención, solidaridad y caridad».
El más joven de todos ellos se llama Osvaldinho. Tiene 16 años y es de Cabo Verde aunque vive en Roma desde hace tiempo. El pasado agosto, una mala zambullida en el mar cambió su vida. El agua demasiado baja y el impacto violento propició un resultado devastador: trauma vertebro-medular con tetraplejia inmediata. Y aunque ahora depende de una silla de ruedas no ha perdido las extraordinarias ganas de vivir.
También estará presente Orietta, romana de 51 años. Con tan solo dos años padeció viruela que le provocó encefalitis. Para la familia comenzó un calvario provocado también por la marginación y la incomprensión. A los 9 años fue acogida en el “Cottolengo” de Roma que tenía sede en el actual Centro Don Gnocchi. Y desde entonces la familia de Orietta se multiplicó, sin perder a su familia de origen. Sus padres han seguido visitándola cada día e incluso se hicieron voluntarios del centro para ayudar a asistir a los demás pacientes.
Francisco lavará los pies además a Samuel de 66 años. Con 3 años sufrió el drama Otro joven, Marcos, de 19 años, animador en una parroquia. Le han diagnosticado una neoplasia cerebral y en los últimos meses ha sido intervenido quirúrgicamente en varias ocasiones.
Francisco lavará también los pies de Angelica de 86 años. Casada con un armenio, y con tres hijos, se quedó viuda a los 39 años. En 1988 tuvo la primera intervención por prótesis en la cadera izquierda, sustituida en 1993. El pasado agosto una caída le fracturó la cadera ya operada y varias costillas, ahora está en el centro en rehabilitación.
Son tres los extranjeros cuyos pies serán lavados. Originario de Libia, Hamed tiene 75 años y es musulmán. Ha trabajado durante años en la Cámara de Comercio Italo-Árabe. Tras un accidente de tráfico, pacede graves daños neurológicos. Giordana, de 27 años es de Etiopía. Sufre de parálisis cerebral infantil y epilepsia, y vive en el centro de la Fundación en Milán desde hace 20 años. Escribe poesía y se ocupa, junto con otros pacientes, de la emisora web «Radio Don Gnocchi». En 2002 saludó personalmente el papa Juan Pablo II en una audiencia concedida a la Fundación por el centenario del nacimineeto de Don Gnocchi. Y junto a todos ellos, estará también Walter, de 59 años, con síndrome de down. Es un apasionado de la música y del teatro. Tras la muerte de sus padres se quedó solo con su hermano. Ahora su casa es el centro de Legnano de la Fundación.
La Eucaristía, se hace memorial en el pan compartido a los hermanos que lo necesitan, en comunidad de hermanos que se quieren, se perdonan, buscan caminos de vida sacrificada, gratuita, desinteresada, saben devolver bien por mal, se dan la oportunidad de volver a empezar de nuevo en sus vidas, familias,, situaciones de conflicto.
Es la entrega hasta el extremo de Dios en Jesús por ti y por mí, para que no vivamos en la división, en la pelea permanente, en frases hirientes, en intereses mezquinos, en orgullos desproporcionados, en buscarnos a nosotros mismos, el no ceder desde el AMOR. En esa entrega quiere el Señor que nos podamos recuperar, que demos a los otros la oportunidad de recuperarse, de “darse la oportunidad” de rescatar los rescoldos, el humo del amor perdido, para poder vivir la alegría del evangelio, sin miedos, con esperanza en Aquel que sabemos nos amó hasta el extremo.
A quienes quisiera yo lavar los pies…?
A Todos los que intentamos hacer que la Eucaristía sea un encuentro con Jesús que nos alimenta, ilumina nuestras vidas, nos fortalece en la fe y nos hace disponibles para ser testigos de esperanza haciendo posible cada día más presente el reino de Dios.
A todos los que lavan los pies de los hermanos más necesitados. A todos los que de una manera desinteresada y gratuita cumplen su compromiso bautismal haciendo presente y viviendo la eucaristía sirviendo a los ancianos cada domingo, a los que sirven a los hermanos en el ministerio de la limpieza del lugar de encuentro de nuestras celebraciones; a los que dedican su tiempo al servicio de la liturgia, cantos y demás servicios, a los que siempre están a atentos a las necesidades de los demás, catequistas, padres de familia, a mis hermanos salvatorianos por hacer posible la fraternidad, a Lorenzo por su apoyo incondicional, a los padres de familia que buscan ese encuentro con el Señor que les ayuda a empezar de nuevo, a reconciliarse, a ser signos de amor y de esperanza para sus hijos, a todos los que están dando sus vidas para que otros tengan vida, a los misioneros, a tantos que viven su ministerio, servicio con su disponibilidad y entrega por amor. A todos mis amigos y enemigos que llevo en el corazón.
GRACIAS POR VUESTRO MINISTERIO… QUE EL SEÑOR OS BENDIGA Chema sds.


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