La vida Religiosa ( 2 de Febrero 2013)

UN COMPARTIR LA VIDA RELIGIOSA 02 febrero 2013
UNA APROXIMACION A LO QUE EL SEÑOR QUIERE DE NOSOTROS.NOSOTRAS HOY. He tomado algunas luces de Aparecida y de algunos religiosos para compartirlos con ustedes. Estoy en búsqueda permanente. Quisiera ir dejando actuar cada día más al Señor en mi vida, confiar, esperar y seguir amando. Dejar que el Espíritu de Jesús que va por delante, marcando el ritmo de nuestras vidas, no encuentre en nosotros-as obstáculos que impidan seguir sembrando y construyendo su Reino.
Podríamos comenzar preguntándonos hoy:
1. ¿Qué ocupa nuestro tiempo? ¿Qué nos preocupa hoy?
2. ¿Donde está centrada nuestra vida y Misión?
3. ¿Cómo vivimos la realidad de nuestros hermanos?
4. ¿Estamos viviendo con autenticidad nuestra vida religiosa, carisma y fidelidad al Señor y a los últimos?
ESCUCHAR ALGUNAS RESPUESTAS.
1. Ser Conscientes que hemos sido enviados por Jesús, para ser como Jesús es. Lc 4,18-19.-
Ser la Buena noticia que es Jesús, para liberar, dar la vista, sanar, vivir la compasión desde la solidaridad. La V R o intenta ser como Jesús es, o nunca daremos respuestas y signos proféticos que nos ayuden a responder a los retos que la sociedad y el mundo de hoy nos plantean.
“Jesús como Profeta de Dios. Después de leer el texto, Jesús lo comenta con una sola frase: «Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír». Según Lucas, la gente «tenía los ojos fijos en él». La atención de todos pasa del texto leído a la persona de Jesús. ¿Qué es lo que nosotros podemos descubrir hoy si fijamos nuestros ojos en él?
Movido por el Espíritu de Dios. La vida entera de Jesús está impulsada, conducida y orientada por el aliento, la fuerza y el amor de Dios.
Es ir descubriendo de manera concreta en sus palabras y sus gestos, su ternura y su fuego, el Misterio último de la vida que los creyentes llamamos «Dios».
Profeta de Dios. Jesús no ha sido ungido con aceite de oliva como se ungía a los reyes para transmitirles el poder de gobierno o a los sumos sacerdotes para investirlos de poder sacro. Ha sido «ungido» por el Espíritu de Dios. No viene a gobernar ni a regir. Es profeta de Dios dedicado a liberar la vida. Solo le podremos seguir si aprendemos a vivir con su espíritu profético.
Buena Noticia para los pobres. Su actuación es Buena Noticia para la clase social más marginada y desvalida: los más necesitados de oír algo bueno; los humillados y olvidados por todos. Nos empezamos parecer a Jesús cuando nuestra vida, nuestra actuación y amor solidario puede ser captado por los pobres como algo bueno.
Dedicado a liberar. Vive entregado a liberar al ser humano de toda clase de esclavitudes. La gente lo siente como liberador de sufrimientos, opresiones y abusos; los ciegos lo ven como luz que libera del sinsentido y la desesperanza; los pecadores lo reciben como gracia y perdón. Seguimos a Jesús cuando nos va liberando de todo lo que nos esclaviza, empequeñece o deshumaniza. Entonces creemos en él como Salvador que nos encamina hacia la Vida definitiva.”(José Antonio Pagola).

Vivir la Dimensión Trinitaria. Un Dios Padre-Madre que quiere que vivamos como hijos y hermanos. Descubriendo el Dios de la compasión por los últimos y su entrega incondicional por Amor. La Comunión con Cristo, los pobres y la Iglesia. Defendiendo la dignidad del ser humano. Y Dejar actuar al Dios de Jesús en nuestras vidas para seguirle en la movida del Espíritu Santo, que es el Espíritu de Jesús.
Y todo esto, vivirlo, hacerlo vida dentro de nuestras comunidades y fuera de ellas. Podemos caer en la trampa de ser “compasivos y entregados, manifestar la bondad y la ternura del Salvador, la alegría y el amor de Dios hacia fuera, y no vivirlo dentro de nuestras propias comunidades. He aquí un reto.
Podemos escuchar:
Se fue el hno o la hna y todo se acabó. Surgieron envidias, malos entendidos, discriminaciones, rechazos, indiferencias. Ansias de poder y de aparentar.. no de servir desde los últimos.. Desunión. Se acabó el asistencialismo y paternalismo y todo se vino abajo. Algunos-as se fueron con los hnos evangélicos, otros abandonaron a su comunidad.
O se fue el hno, o la hna y aquí seguimos. Dejaron sembrada en nuestras vidas las semillas del amor, incluso al enemigo, de la solidaridad, de la unidad en la diversidad, de servir al bien de la comunidad dando la vida, desde la humildad la pobreza solidaria, el sacrificio de unos por los otros.
Nos ayudaron a organizarnos, a tomar conciencia de nuestra realidad, a descubrir que desde el seguimiento de Jesús y su palabra vale la pena construir comunidad de hijos y de hermanos; a ser sujetos libres, y conscientes para ir construyendo nuestra propia historia. A no ser mendigos dependientes de otros, sino de nosotros mismos.
A ser seguidores de Jesús con autenticidad siendo testigos de Esperanza en la construcción de su Reino. A ir descubriendo que el que quiera ser el primero, debe estar dispuesto a Dar la vida, para que otros tengan vida, y vida en abundancia.

2. La VR en Aparecida
Entre los aspectos positivos se enumeran: un redescubrimiento de la dimensión profética de la vida religiosa y una inserción mayor de la vida religiosa en el pueblo de Dios.
. Presencia de la vida consagrada en el Documento de Aparecida
En la primera parte del Documento, al tratar en el capítulo segundo la situación de nuestra Iglesia en esta hora histórica de los desafíos y, más en concreto de los esfuerzos pastorales orientados al encuentro con Jesucristo vivo y que han dado y siguen dando frutos, se alaban los esfuerzos de formación en todos los sectores de la Iglesia y se indican “las casas de formación para la vida consagrada”. Al mismo tiempo, se presenta como significativo “el testimonio de la vida consagrada, su aporte en la acción pastoral y su presencia en situaciones de pobreza, de riesgo y de frontera” y como fuente de esperanza “el incremento de vocaciones para la vida contemplativa masculina y femenina” (n. 99c). En el mismo número, se reconoce entre los que participan de la misión ad gentes a numerosos consagrados y consagradas (n. 99c).
Aparecida enumera, junto con los aspectos positivos en la vida de la Iglesia, lo que llama “sombras” y entre ellas, en forma exclusiva para los religiosos y religiosas, menciona “no pocas recaídas secularizantes en la vida consagrada influida por una antropología meramente sociológica y no evangélica” (n. 100b).
Es en la segunda parte del Documento, y precisamente en el capítulo quinto, donde se concentran las enseñanzas de la V Asamblea sobre la vida consagrada, pero ya antes del apartado dedicado a ella, se la menciona al hablar de la diócesis como lugar privilegiado de la misión. Al pedir a la diócesis “una acción pastoral renovada y vigorosa” que sepa hacer partícipes a los diversos carismas, se menciona también a “cada comunidad de vida consagrada” (n. 169).
Hablando de los presbíteros como discípulos misioneros de Jesús Buen Pastor, los exhorta a vivir en comunión con su obispo, con los presbíteros y diáconos, religiosos, religiosas y laicos” 199). Otra mención de la vida consagrada se da cuando, al hablar a los párrocos, los invita a ser promotores y animadores de la diversidad de misionera y misión, porque “no basta la entrega generosa del sacerdote y de las comunidades de religiosos” (n. 202).
En los números 216-224, después de haber hablado de todas las vocaciones de discípulos misioneros, se ocupa de los consagrados y consagradas a quienes llama “discípulos misioneros de Jesús Testigo del Padre”, colocando su carisma especialmente centrado en el testimonio de vida. La doctrina y las orientaciones contenidas en ese apartado las podemos resumir de la siguiente manera:

a. La vida consagrada es un don del Padre por medio del Espíritu a su Iglesia y es un elemento decisivo para su misión. Este don se expresa en las diversas formas que reviste a lo largo de la historia (n. 216).
b. Es un camino de especial seguimiento de Cristo para ponerse a su servicio y al de los demás asumiendo la forma de vida que Cristo asumió: virginal, pobre y obediente (n. 216).
c. Los consagrados y consagradas, en comunión con los Pastores, están llamados a ser espacios de anuncio explícito del evangelio, principalmente a los más pobres, como lo han hecho desde el inicio de la evangelización. Así colaborarán en la formación de cristianos discípulos misioneros y de una sociedad justa y humana (n. 217).
d. La vida consagrada está llamada a ser experta en comunión dentro y fuera de la Iglesia. Su misión está inserta en la Iglesia particular y en comunión con el obispo. Para ello hay que crear cauces de colaboración y conocimiento mutuos (n. 218).
e. Ante las serias tendencias de secularización que se dan también en la vida consagrada, los religiosos y religiosas están llamados a dar testimonio de la absoluta primacía de Dios y de su Reino y relativizar el poder, el tener y el placer a través de los votos que le dan su verdadero sentido” (n. 219).
f. La vida consagrada está llamada a ser una vida mística y comunitaria; profética hasta la entrega de la vida en continuidad con la tradición de santidad y martirio de sus miembros y apasionada por Jesús-vida del Padre para servir a los últimos desde el propio carisma y espiritualidad (n. 220).
g. De manera especial, América Latina y El Caribe necesitan de la vida contemplativa, testigo de que sólo Dios basta para llenar la vida de sentido y de gozo. Infunde con su oración un nuevo soplo de vida en la Iglesia y en el hombre actual (n. 221).
h. El Espíritu sigue suscitando nuevas formas de vida consagrada en la Iglesia. Hay que discernirlas, apreciarlas, acogerlas y darles la formación inicial y permanente que requieren (n. 222).
i. La CISAL, la CLAR y las Conferencias Nacionales de Religiosos y religiosas son estructuras de servicio y animación. Deben estar “en auténtica comunión con los Pastores y bajo su orientación en un diálogo fecundo y amistoso (n. 223).
j. Los pueblos de América Latina y El Caribe esperan mucho de la vida consagrada, especialmente de su testimonio y aporte para fundar en Cristo una nueva sociedad (n. 224). que relativiza el valor de Dios (obediencia). Por su consagración están llamados a dar testimonio de la absoluta primacía de Dios y de su Reino.

¿Cómo será posible todo esto?

3. Cumplir nuestra Misión
El Señor te ha puesto en este camino para que te pongas en
Marcha y “des fruto abundante” (cf Jn 15,16) (C.E.1).
“ Yo soy la vid, ustedes los sarmientos: quien permanece en mi y yo en él dará mucho fruto: porque separados de mi no pueden hacer nada” Jn 15,6

Ser Testigos de la esperanza hoy.

El secreto de este camino es triple:
Partir: “Negarse a sí mismo”.
Cumplir con tu deber: “Tomar la cruz cada día”.
Perseverar: seguir al Maestro (cf Lc 9,23). (C.E. 13)
Si has renunciado a todo sin renunciar a ti mismo, en realidad no has renunciado a nada, porque poco a poco volverás a apegarte a todo lo que habías dejado.
Si dejaste tu casa y te alejaste de muchos lugares, pero llevas contigo al “hombre viejo” y todos sus defectos, hubiera sido mejor que te quedaras en tu casa.
Perder para ganar. Morir para vivir. Dejar para volver a encontrar.
Si aprenden demos a “negarnos a nosotros mismos al estilo de Jesús iremos descubriendo que el que tiene siempre la razón, es aquel, o aquella que está dispuesta a dar la vida por el hno- o la hna.
La humildad es espíritu de servicio desinteresado, gratuito y sacrificado. Es atender antes los intereses de los demás que los de uno mismo. Es disponibilidad ante las necesidades y angustias de los otros. Es por amor a los demás por encima de mis propios intereses. María es la personificación misma de la humildad. Magníficat Esta virtud te ayudará a cumplir con tu deber. Se lo que eres. Intenta ser como Jesús es. Lo demás se dará por añadidura.. Vivirás laa presencia de Dios y serás presencia para los demás en cualquier tipo de trabajo apostólico.
PERSEVERA EN EL SEGUIMIENTO DE JESUS. Permanece unido a El y podrás dar frutos de vida. Celebra el misterio del amor, mantente siempre abierto a los signos de los tiempos y pregúntate siempre que realices la obra que crees es del Señor… ¿Que quieres que haga? ¿¿ Como lo harías tú?
Tengan ustedes una sola pasión: El Evangelio. Un solo ideal: la vida de Jesús.
Y recordemos que la Plegaria debe ser nuestro quehacer. La acción sin la plegaria será inútil pues un robot puede hacer más que nosotros. Será el fundamento de nuestra vida espiritual. Será como una lamparita que ilumina porque está unida a él, que es la luz.
Es espíritu de oración, la celebración del misterio de amor de Dios en su hijo, la intimidad con el Padre, serán como un horno que arde en tu vida de apóstol. Si quieres alimentar ese fuego debes llevar los troncos del sacrificio y de la meditación, y las ramitas de frecuentes aspiraciones y de los actos secretos de superación de ti mismo.
Sean como los apóstoles, que en medio y con sus debilidades. Llevan a Cristo en su corazón, en su modo de comportarse, en el hablar y en sus acciones muestran que están impregnados de Cristo.( F.X. Van thuan)
“La celebración en el año de la fe, de esta Jornada, debe ser “una invitación a una auténtica y renovada conversión al Señor único Salvador del mundo” (PF 6); a preguntarnos, en espíritu de discernimiento, sin disimulos ni justificaciones, si nuestras vidas, nuestras comunidades, nuestras instituciones apostólicas, nuestros compromisos misioneros son “signos” inteligibles para nuestro mundo. Si son huellas del amor y la bondad de Dios, si hablan un lenguaje que los jóvenes y los pobres entienden, si remiten a Jesús de Nazaret, que “hablaba con autoridad y no como los letrados” (Mc 1,22). Es decir, si “la vida consagrada, en el día a día en los caminos de la humanidad, manifiesta el Evangelio y el Reino ya presente y activo”, como nos sugería Benedicto XVI en la celebración de esta Jornada en 2011. Nuestro desafío, pues, es aceptar que somos enviados a este mundo, no al mundo que nos gustaría o que soñamos a veces, sino a éste que Dios ama, y que estamos en él, en sus fronteras, testimoniando que existe en Cristo una esperanza para él.
Continuamos en tiempo de emergencia, y en medio de ella la vida religiosa debe permanecer siendo signo de la presencia del corazón compasivo de Jesús, “que pasó por el mundo haciendo el bien,” curando a todos de sus enfermedades y dolencias (cf Hech 10,38; Mc 1,32-34). Sin olvidar que la diaconía de la fe forma una única diaconía con la caridad, podremos reconocer en la mirada de aquellos con quienes compartimos nuestro techo y pan, el rostro del Señor Resucitado, y sentiremos arder nuestro corazón: ¡¡es el Señor!!
A lo largo de este año, con la mirada fija en Jesucristo que inició y completa nuestra fe, (Heb 12,2), que nos llamó a servirle en los más pobres, busquemos a Dios para encontrar al hombre, acogiendo así la paradoja del misterio de la Encarnación. Y nos será concedida la consolación de escuchar el silencio de los enmudecidos, de contemplar la luz que brota de la oscuridad del abandono y la soledad, acompañar las búsquedas sinceras de la verdad en medio de las dudas, alumbrar esperanza en corazones al borde del camino. Así la vida religiosa sostenida por la fe, podrá mirar con esperanza el futuro y ser siempre apasionados buscadores y testigos del amor y la misericordia de Dios, “evangelio viviente”.( Elías Royo) sj.

CHEMA SDS.


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